A comparación de
los ronderos de Cajamarca donde acantonar era el autocontrol frente a los
abigeos de la Zona, también para realizar justicia de los malos hábitos o malas
prácticas así como el adulterio mentiras o flojera etc.
EL rondero
Ayacuchano forma parte del “Comité de autodefensa” de Campesinos Ayacuchanos frente
a senderistas donde la labor peligrosa de este personaje es defender de la amenaza
en una guerra civil entre Peruanos.
Cuando al anochecer
de cada día y sonada la campana o silbato, a cualquier hora como por ejemplo de
las 2 am., 4 am. el jefe del comando de las Rondas Campesinas empieza a pasar
la lista a sus integrantes con los seudónimos en quechua ¡Jampato! (Sapo) ¡Chillico!
(grillo), ¡Ocucha! (ratón), ¡Atoj! (Zorro) y dentro de la lista dice “¡Presente¡
el comando “TUCO” (Lechuza). Una de las tantas historias que no se llegó a
contar con claridad.
Este Joven Rondero
Ayacuchano ALFREDO que se autodenomino como el ave nocturno “TUCO” (Lechuza)
representa al Rondero Quinuino Juvenil quien a su vez llego hacer jefe de uno
de los grupos de autodefensa de las rondas campesinas en el Distrito de Quinua.
No sabemos si este joven Rondero Alfredo “TUCO” (Lechuza) sigue aun con vida,
sin embargo se dice que el hecho de formar parte de una de las jefaturas de las
rondas le costo la vida ya que es en la selva alta Ayacuchana es a donde huyó después
de la pacificación.
El rondero Alfredo
fue una de las presillas del ejercito en Ayacucho, pues cumplía todas las
ordenes del ejercito ya que si no cumplía esas órdenes era más que seguro su
muerte o desaparición, sin embargo es el personaje que al haber cumplido las ordenes
del ejercito sabía y conocía todos los acontecimientos desconocidos ordenados y
ejecutados por el ejército y rondas en forma detallada -hechos que con el pasar
del tiempo podrían ser delatados hacia la opinión pública- por lo cual este
personaje “EL RONDERO ALFREDO” era un peligro para el ejército y los jefes de
las rondas de autodefensa.
Por esta razón no
sabemos si el Rondero Alfredo ha sido asesinado o desaparecido por el ejército
o haya sido abatido por sendero luminoso porque ellos si sabían de todas las
cosas que cometió por miedo a las ordenes del Ejercito.
Cuando Alfredo
asume este cargo de jefe rondero obligado aceptar este compromiso y por otra
parte su señor padre fue asesinado por sendero en una de las torreones de
vigilancia se dice que él quería tomar venganza, pero él ya había perdido el miedo
en la época que lo toco vivir son conclusiones que puedo analizar después de la
fuga que emprendió este joven rondero y que casi toda su juventud la vivió en
una zona regional del País azotada por la violencia interna y que ahora no
podemos ver y poder conversar así como muchos Jóvenes de mi edad que migramos a
Lima .
Muchos ronderos y vigilantes
de las torreones de madera o palos de eucalipto pasaban todo una pesadilla pues
si pasa un grupo desconocido por la noche era muy peligroso, el alto de paro al
desconocido por la noche ¡Pim chay¡ (¡Quienes son!), ¡Chaillapi Sayaychic! (¡Párense
donde están!) muchas veces no son acatadas y si el grupo senderista no cumple
la orden el pedido de parar o alto se convierte en un enfrentamiento desigual y
solo el uso de una ráfaga ametralladora de sendero elimina a los pocos ronderos
vigilantes del torreón y luego termina en toda una confusión nocturna y la fuga
de los senderistas, muchas veces los famosos rastrillajes donde un grupo de
ronderos sobre todo jóvenes salían en busca de senderistas hacia las punas ya
no volvían muchas veces eran asesinados y no informados a la opinión pública.
El armamento con
que cuenta este personaje es el hechizo de uno de los ronderos “Vicente Chávez”
de la comunidad Moya del distrito de Quinua, yo alguna vez he tenido la
oportunidad de disfrutar un cañazo con Vicente (bebida licor regional de
Ayacucho) que se hace de caña de azúcar con este señor que gentilmente me dejo
adquirir esta herramienta de defensa que se uso para la pacificación de una
nación.
Gracias señor Vicente Chávez.
Quiero comentar que
cuando hace 20 años, hechos ocurrido esta historia (1990) y cuando Alfredo tenía
26 años y que ahora debería tener 47 años, muchos de los artesanos Ayacuchanos huimos
a Lima entre ellos estoy yo para poder seguir con la vida en la capital en Ate–Vitarte
Carretera central Km 7.5 desde este punto propongo propuestas de desarrollo
artístico desde las artes visuales pues si yo me quedaba en Ayacucho mi destino
hubiera sido diferente más que seguro.
Esta es una de las
pocas historia que pretendo reconocer con la expresión de esta obra y la
situación vivida en Quinua y otros pueblos sobre todo a los verdaderos
ronderos, actores que creyeron en una solución
para buscar la paz y no así como otros líderes
de las rondas que buscaron realizar abusos con el Ejercito y utilizar a los
ronderos como escudo, cometer abusos que todos sabemos y que nunca fueron a luz
para juzgar y castigar y por otra reconocer
a los buenos ronderos.
Gedión C.
Fernández Nolasco
Artesano Ceramista:
47 años Vitarte febrero del 201110 de Octubre 1964 Ayacucho-Quinua
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